14 de marzo de 2018

LA INDUSTRIA DE LA SEDA EN FRANCIA


El gusano de seda se introdujo en Francia en el siglo XV, desde España e Italia, y a finales del siglo XVII, la sericultura, la industria de la seda, floreció apoyada por el gobierno de Luis XIV. Debido a las plagas estuvo a punto de extinguirse, en el año 1853, pero Louis Pasteur encontró el remedio para curar a los gusanos y la industria resurgió y llegó a convertirse en el medio de vida de la mayoría de campesinos de la zona rural del sur de Francia.

Con la apertura del Canal de Suez, la situación empeoró porque el canal favoreció la importación de seda más barata de los países de Oriente.

Los gusanos de seda se criaban y alimentaban en unos edificios llamados “magnaneries”. Eran unos edificios muy grandes con ventanas muy pequeñas y muchas chimeneas, se encontraban al lado de las granjas. Los gusanos vivían en unas bandejas de mimbre, también en esas mismas bandejas comían toneladas y toneladas de hojas de morera.

En otros edificios llamados “filatures” llevaban los granjeros los capullos de gusano de seda para venderlos al propietario. Allí los trabajadores devanaban la seda, que la compraban después mercaderes ambulantes y la transportaban a Lyon para venderla a las grandes fábricas de hilaturas.

La industria y elaboración de la seda en Francia desapareció.

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