27 de marzo de 2018

EL PURIEMPLEO DEL CONDE DUQUE DE OLIVARES



Gaspar de Guzman y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar (1587-1645) conocido como el conde-duque de Olivares. Era un noble y político español. Como era normal entre los hijos de las grandes casas nobiliarias, sobre don Gaspar de Guzmán recayeron cargos y prebendas honoríficas o lucrativas, desde que era muy joven.

La primera el rectorado de Salamanca, que se le otorgó siendo estudiantes por voto de sus compañeros, según la costumbre establecida. Después, su padre le concedió un canonicato de Sevilla que nunca sirvió. Cuando se trasladó a la corte fue nombrado en 1615 gentilhombre del príncipe, del futuro rey Felipe IV, entonces un niño de diez años.

Ya en el ejército de la privanza, a partir de 1621 le llovieron los cargos muy bien retribuidos: sumiller de corps con 12 000 ducados anuales, caballerizo mayor con 14 000, alcaide perpetuo de los alcázares y atarazanas de Sevilla, cargo por el que cobraba unos 200 000 maravadises anuales, muy poco en esos momentos pero que le reportaba buena posición en
Sevilla.

En diciembre de 1627 se le dio la alcaldía del castillo de Triana, que ocupaba la inquisición de Sevilla. Cuando se construyó el palacio del Retiro se le dio la alcaldía del mismo, que se agregó a la de otros sitios reales: la Zarzuela y la Casa Real de Vaciamadrid. El cargo de consejero de Estado lo recibió en 1622, y el de consejero de Indias, en 1625. El salario de un consejero, con las gratificaciones podía pasar de dos mil ducados.

En 1638 con motivo de la batalla y liberación de Fuenterrabía, el rey le concedió una copa de oro que recibiría anualmente, además, se le hizo gobernador de Guipúzcoa. Se le dieron 12 000 ducados de renta en Indias, 1000 vasallos en pueblos del reino de Sevilla y un puesto de regidor perpetuo en cada una de las ciudades con voto en Cortes.

Todas estas dádivas pasaron a sus herederos.

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