8 de febrero de 2018

VIANDAS DIARIAS PARA EL BARÓN DE MAYENNE


Luis García de Córdoba (1559-1623), historiador español del Siglo de Oro, nos cuenta en su “Relación de las cosas de la Corte, las viandas que se enviaban cada día al embajador extraordinario Carlos de Blois (1339-1384) barón de Mayenne y duque de Bretaña, venido de Francia.

“Día de carne: 8 pavos, 26 capones cebados de leche, 70 gallinas, 100 pares de pichones, 100 pares de tórtolas, 100 conejos y liebres, 21 carneros, 2 cuartos traseros de vaca, 40 libras de caña de vaca, 2 terneras, 12 lenguas, 12 libras de chorizos, 12 perniles de garrobillas, 3 tocinos, 1 tinajuelo de cuatro arrobas de fruta, 4 frutas a dos arrobas cada género, 6 cueros de vino de cinco arrobas cada cuero y cada cuero diferente.

Día de pescado: 100 libras de truchas, 50 anguilas, 50 de otro pescado fresco, 100 libras de atún, 100 de sardinillas en escabeche, 100 libras de pescado cecial muy bueno, 1000 huevos, 24 empandas de pescados diferentes, 1000 libras de manteca de vaca fresca, 1 cuero de aceite, fruta, vino, pan y otros regalos extraordinarios como en el día de carne se dice.

Esto es cada día, sin otras cosas extraordinarias de regalos más o menos. Para esto hay dedicadas cuatro acémilas con sus cajones que traen este recado, y lo ponen en el aposento sobre unas mesas y cierran, y no parece otro día sino las cestas vacías y no quien las vacía”.

Madame d’Aulnoy en su “Viaje por España”, en 1769, dice:

“Por muy tierno que sea el cordero, la manera de freírlo con aceite (pues aquí se usa poco la manteca” no es del gusto de todos. Las perdices abundan bastante y son grandes; pero a la sequedad propia de la carne se añade otra peor, porque las asan hasta carbonizarlas. Los pichones son excelentes, y en muchas partes abunda el pescado, sobre todo los besugos, que tienen un sabor muy parecido al de la rucha, y con los cuales se hacen pasteles que serían muy sabrosos cuando no estuvieran cargados de ajo, pimienta y azafrán”.

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