HISTORIAS DE ALFRED NOBEL

Alfred Bernhard Nobel nació el 21 de octubre de 1833 en Estocolmo, suecia. Su padre se fue a vivir, sin la familia, en 1837 a Finlandia y luego a San Petersburgo para abrir un taller mecánico. La familia se reunió con el padre en Rusia, más tarde viajan a Francia. En París empieza a trabajar en el laboratorio del químico TJ Pelouze, era el año 1850. En 1862 con el objetivo de crear nuevos productos para el negocio de su padre, investiga sobre la nitroglicerina que le llevará hasta la dinamita.

Nobel era un adicto al trabajo, nunca se casó ni tuvo hijos. Busco una secretaria y ayudante para los asuntos domésticos. Durante dos años tuvo como secretaria privada a Bertha Kinsky, pacifista y escritora austriaca, distinguida con el Nobel de la Paz en el año 1905.

En 1864, dos años después del primer detonador, su hermano menor Emil, murió mientras realizaba un experimento con nitroglicerina. Por esa razón, en 1866, Nobel descubrió que la nitroglicerina se estabilizaba al añadirle tirra de diatomeas. Así nació la dinamita. Consiguió la patente en 1871.

En 1895 firma su última voluntad en el Club sueco-Noruego de París. En ella legaba casi toda su fortuna a la creación de un premio de carácter anual, para estimular el progreso científico: el Premio Nobel.

Cuando murió, de un ataque al corazón en su casa de San Remo, Italia, en 1896, se descubrió que no figuraba como residente en ningún país desde que se fue a vivir a Rusia a los 9 años, por ello le llamaron “el vagabundo más rico de Europa”. En el momento de su muerte tenía 63 años.

Ni la familia de Nobel ni los comités organizadores del premio apoyaron los términos del testamento. La Real Academia Sueca de Ciencias, dijo que no había suficientes instrucciones sobre la concesión de los premios.