28 de febrero de 2018

BOSQUIMANOS FABRICANDO CUERDA


Los bosquimanos para trabajar la piel y fabricar cuerda extendían en el suelo la piel de una vaca, o la de los antílopes grades como el kudu o el gemsbock y la cortaban en espiral para hacer una tira larga y continua, casi tan ancha como gruesa que tenía unos 2,5 cm en cada sentido.

Esta tira, de muchos metros de largo, se pasaba una y otra vez por la rama de un árbol y por un lazo de alambre grueso situado en una rueca. Hacían pasar una pértiga por el lazo del alambre, y un hombre de la tribu retorcía los aros de la piel hasta formar nudos girando la pértiga dentro de los aros mientras daba vueltas a la rueca.

Cuando no podía retorcerla más sacaba la pértiga de un tirón; al estirarse la piel hacía girar la rueca con violencia y se dirigía otra vez hacia el suelo. Cuando este impulso de rotación se detenía, el hombre de la tribu pasaba otra vez la pértiga por el lazo de alambre y comenzaba a darle vueltas de nuevo, pero en dirección contraria.

Después de repetir este proceso durante toda una semana, acompañado de aplicaciones diarias de grasa de avestruz y de la reordenación de los aros, el resultado era una cuerda larga que se mantenía siempre flexible, resistiendo al clima, y que podría tirar con facilidad de una carreta de bueyes de ocho toneladas en un terreno abrupto.

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