13 de agosto de 2017

EL MAYAB, LA TIERRA DEL FAISÁN Y DEL VENADO



Hace mucho tiempo, el señor Itzamná decidió crear una tierra que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, enamorado de su belleza, entonces creó El Mayab, la tierra de los elegidos, y sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos. Creó enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y también profundas cavernas llenas de misterio.

Después Itzama le entregó la nueva tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en El Mayab y quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos por Itzamá fueron el faisán, el venado y la serpiente cascabel. Los mayas vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra. Mientras, los animales que escogió Itzamá no se cansaban de recorrer el Mayab. El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero como el viento y la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su paso.

Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam (adivinos mayas), vieron en el futuro algo que les causo mucha tristeza. Entonces, llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: Tenemos que dar noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres venidos de muy lejos; traerán armas y pelearan contra nosotros para quitarnos nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab lo perderemos.

Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se escondió entre las yerbas, pues prefirió volar para que los invasores no lo encontraran.

Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza; entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron inundaciones. A partir de ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si estuviera triste siempre.

Sin duda, quien más se enfado fue la serpiente de cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los enemigos; así creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que usa para atacar.

Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Aún así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por Itzamá cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas aún recuerdan las palabras que dijo: -Mientras las ceibas esté de pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas, habrá esperanza. Llegará el día en que recobremos nuestra tierra, entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará sobre los árboles más altos y su sombre podrá verse en todo El Mayab. La segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música de nuevo y ésta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales avisarán a los mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les quitaron.

Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Solo esperan el momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El Mayab.

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