7 de agosto de 2017

TAXA CAMARAE


El papa León X decidió que, en lugar de confesiones y penitencias, buscaría la forma de limpiar los pecados, así en 1517 estableció la “Taxa Camarae”, se trataba de una tarifa para pagar el perdón de los pecados.

Las tarifas eran las siguientes:

El eclesiástico que cometiese pecado carnal ya fuera con monjas, primas, sobrinas, ahijadas suyas o con cualquier mujer sería absuelto si pagaba 67 libras.

Si el eclesiástico además de pecado de fornicación pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debería pagar 219 libras. Si solo hubiera cometido pecado contra natura con niños o bestias y no con una mujer, solamente pagaría 131 libras.

El sacerdote que desflorase a una virgen debía de pagar 2 libras.

La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres a la vez o uno detrás de otro, ya dentro, ya fuera del convento, pagaba 131 libras.

Los sacerdotes que quisieran vivir en concubinato pagaban 76 libras.

Los pecados de lujuria cometidos por un laico costaban 27 libras. Los incestos 4 libras.

La mujer adúltera que pedía absolución para estar libre de todo proceso y tener sus correspondientes dispensas pagaba al Papa 87 libras. En el mismo caso, el marido pagaba lo mismo, si había cometido incestos con sus hijos se añadían 6 libras.

La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por crímenes de rapiña, robo o incendio costaban 131 libras. La absolución por asesinato se fijaba en 15 libras. Si el asesino daba muerte a dos hombres o más en un mismo día pagaba como su hubiera cometido uno solo.

El que ahogaba a un hijo suyo pagaba 17 libras, si lo mataban el padre y la madre, pagaban 27 libras. El marido que maltrataba a su mujer abonaba 3 libras. Si la mataba 17 libras. Por el asesinato de un hermano o hermana, una madre o padre 17 libras. El que mataba a un obispo o prelado superior pagaba 131 libras. El obispo o abad que cometiese un asesinato 179 libras.

El hereje que se convirtiese pagaba 269 libras. El hijo del hereje quemado o ahorcado o ajusticiado no podía rehabilitarse si no pagaba 218 libras.

La licencia para poner puestos de venta de varios géneros bajo el pórtico de las iglesias era concedida si se pagaba 45 libras. El delito de contrabando y defraudación de los derechos del príncipe costaba 87 libras.

La ciudad que quisiera alcanzar para sus habitantes o para sus sacerdotes, frailes o monjas, licencia para comer carne en las épocas en que estaba prohibido pagaban 781 libras. El monasterio que quisiera variar de regla y vivir con menos abstinencia que la que le estaba ordenada pagaba 146 libras. El fraile que para vivir mejor quisiera pasar su vida en una ermita con una mujer entregaba 45 libras.

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