17 de agosto de 2017

EL CRANEO EN LA HISTORIA


Puesto que en el cráneo radica la sede del pensamiento, está considerado como el centro más importante, del cual emanan las órdenes y mandatos de la persona, por ese motivo, su significado emblemático es rico y complejo al mismo tiempo.

Entre ciertas tribus antiguas se consideraba a esta parte esencial del cuerpo como una de las representaciones macrocósmicas el hombre y asociada a uno de los cuatro recipientes en los que se recogía el agua de la lluvia; el cráneo estaba representado por la vasija situada en el centro del espacio formado por todas ellas.

El libro sagrado Rig Veda explica que: “La bóveda celeste está formada del cráneo del ser primordial”. Algunos historiadores clásicos cuentan en sus narraciones que el cráneo formaba parte de los trofeos guerreros logrados en las batallas entre etnias diferentes.

Tito Livio cuenta que la cabeza del cónsul romano muerto en una emboscada habría servido de vaso sagrado para ofrecer libaciones y, al mismo tiempo, como copa utilizada por los sacerdotes y pontífices en la conmemoración de las victorias.

Es muy normal encontrar entre la iconografía de los celtas, formas que representan cabezas cortadas. François Chevalier, historiador francés, dice: “El motivo de la cabeza cortada es frecuente en la numismática gala y en toda la plástica gala y galorromana. Los irlandeses no actuaban de modo diferente a los galos y la epopeya insular ofrece centenares de ejemplos del guerrero llevando la cabeza del enemigo vencido en combate. La cabeza simboliza así la fuerza y el valor guerrero del adversario, que vienen a añadirse a los del vencedor, y la decapitación garantiza la muerte del adversario mismo”.

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