15 de agosto de 2017

PRIMEROS VIAJES A AMÉRICA


Desde el momento en que se descubrió América se abrió una nueva ruta, por ese motivo, cruzar el Atlántico empezó a ser algo normal para los que querían vivir esa aventura. Para emprender el viaje se necesitaban una serie de requisitos. Los barcos partían de Sevilla que era donde estaba el puerto oficial. Si el viajero no residía en Sevilla, tenía que hacer el viaje desde su punto de partida en carro si tenía dinero, o a pie si no se lo permitía su economía.

Una vez en Sevilla se necesitaban unos permisos o documentos legales, que eran expedidos por la Casa de Contratación:

·       Instancia dirigida al rey con los datos personales: origen, estado civil, edad, oficio, etc.
·   Certificado de limpieza de sangre para que se tuviera constancia de que no era moro, judío, mestizo, mulato, ni negro.
·       Partida de bautismo.
·       Autorización de los ascendentes como tutores, esposa, hermanos, etc. En caso de varones casados que viajaban solos a América, la esposa le daba la autorización por tres años, en caso de que fuera a quedarse más tiempo debía renovar la autorización.
·      Una carta-reclamo donde el viajero demostraba que tenía familia o amigos en el Nuevo Mundo que les ayudarían una vez llegaran.

Estos permisos eran personales e intransferibles, y validos por dos años. Los pasajeros debían llevar su propia comida, el agua si la suministraban.

Las tarifas del viaje se negociaban aunque en el siglo XVI se impuso el impuesto de Avería, que para los pasajeros era de 20 ducados. Felipe II especificó y obligó a que a los religiosos se le cubrían todos los gastos, de esa manera se aseguraba la evangelización.

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