5 de julio de 2017

ORIGEN DEL LINO

El lino fue la primera fibra vegetal que utilizó el hombre. Los egipcios ya lo cultivaban y tejían hace cuatro mil años, y se sabe que los fenicios comercializaban lino de gran calidad por todo el Mediterráneo, alrededor del 1250 a. C. Los romanos lo cultivaron y lo introdujeron en el norte de Europa.

El lino se cultivaba en cualquier tipo de tierra. Para conseguir un lino fino, el clima debía ser fresco y húmedo durante los meses de verano. Las pequeñas semillas negras y brillantes que al prensarse proporcionaban un estupendo aceite, debían sembrarse en tierras de cultivo de muy buena calidad, a finales de marzo o principios de abril.

La planta de lino crecía hasta alcanzar más de un metro de altura y tiene unas flores azul pálido. Las semillas empiezan a formarse cuando mueren las flores. Si una plantación se cultivaba solamente para la producción de aceite de linaza, las semillas se dejaban madurar totalmente, si lo que se iba a utilizan era la fibra del tallo, la cosecha se recolectaba en cuanto la semilla empezaba a madurar. Eso sucedía a finales de julio y se segaba a mano. Después se ataban las plantas en haces y se apilaban en trenzales para que se secasen.

Una vez hecha la siega, la siguiente operación era el desgrane, que consistía en separar las cabezas de las semillas del tallo, una vez prensadas se utilizaban para elaborar aceite o para alimentar el ganado.

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