23 de julio de 2017

LA TIJERETA-JHUGUAY YETAPÁ (LEYENDA GUARANÍ)


Tupá había decidido que las almas de los que morían y que debían llegar al cielo, lo hicieran volando con unas alitas que él enviaba a la tierra por medio de sus emisarios. Para los mortales esas alitas serían invisibles. Una vez que el alma llegaba al ibaga (cielo), Tupá destinaba esa alma a un ave que él creaba, de acuerdo con las características que hubiera tenido en vida la persona a quien pertenecía.

En un pueblecito guaraní vivía Eíra (miel) con su madre. Ésta había quedado imposibilitada, dependía para todo de su hija, que se dedicaba a cuidarla, además de ganarse la vida trabajando, era costurera. Para tener a mano la yetapá (tijeras), las llevaba colgadas a la cintura con un cordón negro, sobre su delantal blanco. Nunca le faltaban vestidos que coser, así que era muy normal verla con telas y tijeras, cortando vestidos. Las tijeras formaban parte de ella misma. Por las mañanas se levantaba, se vestía y se colgaba las tijeras a la cintura.

Una noche su madre murió. Desde ese momento se dedicó con ahínco a la costura tratando de distraerse de la pérdida de su madre, tan triste estaba que no tenía ganas de seguir viviendo. Poco tiempo después enfermó de pena y dolor, tan gravemente que murió.

Éira había sido siempre buena hija, trabajadora y excelente persona, por lo que Tupá llevo su anga alma) al cielo. Allí creó para albergarla un pájaro de plumaje negro, con la garganta, el pecho y el vientre blancos. Omitió los matices alegres y brillantes considerando que su vida había sido humilde, opaca y oscura, aunque llena de bondad y sacrificio.

Cuando Tupá terminó su obra, Éira se miró y miró a Tupá con intención de pedirle algo. El Dios bueno, que sabía su intención, le dijo para animarla:
- ¿Qué deseas, Éira? ¿Qué quieres pedirme?
Ella le contesto:
-Tupá…Dios bueno que complaces a los que te aman y respetan… yo desearía…
- ¿Qué es lo que quieres Éira?
-Tú sabes que durante toda mi vida solo al trabajo me dediqué y quisiera tener un recuerdo de lo que me ayudó a vivir…
-Dime, entonces… ¿Qué es lo que desea?
-Yo desearía tener una tijerita que me recordara la que tanto usé en mi vida en la tierra y que me ayudo a mantener a mi madre…

Tupá acepto la petición de la muchacha, y tomando las plumas laterales de la cola las estiró hasta darle la apariencia de una yetapá, otorgándole, además, la propiedad de abrirlas y cerrarlas a su voluntad, tal como hiciera durante su etapa de costurera.

Por el parecido que tiene la cola de esta ave con las tijeras, se le llama “Jhunguay-Yetapá” (tijereta).

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