AMOR ANIMAL (3)
Solo el 3% de las aves tiene pene. La mayoría tiene una pequeña protuberancia que aumenta de tamaño en la época reproductora. Los testículos están en el interior del abdomen. Realizan la copula repetidas veces y con rapidez. Llevan a cabo cortejos complicadísimos.
El abejaruco agasaja a la hembra con regalos, le ofrece abejas, libélulas, mariposas, mosquitos y otros invertebrados, incluso flores. El mauro, un pequeño pájaro australiano, también ofrece regalos a las hembras, pero no a la suya, sino a su amante. Las hembras de flamenco se mueren de amor por los machos rosados. Ellos lo saben, y por eso se maquillan. Con el pico, recogen los pigmentos color rojizo que segregan por medio de unas glándulas y reparten dicha pasta de color por las plumas del cuello, el pecho y la espalda.
La mayoría de las hormigas no se aparea nunca. Solo lo hacen las que se convertirán en reinas. Son hembras fértiles y aladas, algo no muy normal. Cuando llega el momento de aparearse, vuelan fuera del hormiguero y dejan un rastro de feromonas que marcará el camino a los machos. Solo se aparean una vez, por lo que toda su descendencia procederá de un único macho. Este muere después de la cópula, y la hembra, ya en el suelo, se arranca las alas y excava un pequeño hormiguero donde pondrá los huevos, de los que nacerán obreras, soldados y demás castas de la colonia.
En el mundo animal, la homosexualidad es muy común. 500 especies de animales forman pareja con miembros del mismo sexo. La más representativa es el albatros de Laysan, las hembras forman parejas estables que duran toda la vida cuando los machos escasean en la colonia. Primero se aparean con machos que tienen otra pareja. Luego, la hembra gay pone los huevos y cuida a los polluelos con su pareja femenina.
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