6 de diciembre de 2015

TAMBOR DEL BRUNCH


En 1808, durante la Guerra de la Independencia, tuvo lugar una batalla entre las tropas españolas y las francesas en la localidad de Bruch, en Barcelona. Como suele pasar siempre, este suceso tiene una leyenda, se la conoce como “Tambor del Bruch”.

El 4 de junio de 1808 una columna francesa salió de Barcelona en dirección a Lérida y Zaragoza. Los soldados franceses eran 3.800, sobretodo italianos y suizos. El ejército español contaba con unos 2.000 hombres. El 6 de junio comenzó la Batalla del Bruch. El 14 de junio tuvo lugar la segunda batalla del Bruch, mucho más importante. Los soldados franceses llegaron por dos columnas y se enfrentaron a las tropas españoles, con más fuerza y violencia.

Aquí es donde empieza la leyenda, que dice así:

Isidre Lluçá i Casanoves (1791-1809) era un pastorcillo que, al no ser más que un niño, no podía formar parte del ejército y luchar contra los invasores franceses. Entonces se le ocurrió coger su tambor y tocarlo fuerte por las montañas de Montserrat para animar a los españoles en su lucha. De esa manera, el eco que provocaba su tambor en las montañas, hacía retumbar el sonido y lo multiplicaba por mil.

Los franceses, al oír ese estruendo, pensaron que aquel ruido infernal era producido por miles de tambores, tocados por miles de soldados. Muertos de miedo, decidieron huir y no luchar.

En el lugar del suceso, en Bruch, hay un monumento y una inscripción que dice: “Viajero, para aquí, que el francés también paró; y el que por todo pasó no pudo pasar de aquí”.

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