TAMBOR DEL BRUNCH
En 1808, durante la Guerra de la Independencia, tuvo lugar
una batalla entre las tropas españolas y las francesas en la localidad de Bruch,
en Barcelona. Como suele pasar siempre, este suceso tiene una leyenda, se la
conoce como “Tambor del Bruch”.
El 4 de junio de 1808 una columna francesa salió de
Barcelona en dirección a Lérida y Zaragoza. Los soldados franceses eran 3.800, sobretodo
italianos y suizos. El ejército español contaba con unos 2.000 hombres. El 6 de
junio comenzó la Batalla del Bruch. El 14 de junio tuvo lugar la segunda
batalla del Bruch, mucho más importante. Los soldados franceses llegaron por
dos columnas y se enfrentaron a las tropas españoles, con más fuerza y
violencia.
Aquí es donde empieza la leyenda, que dice así:
Isidre Lluçá i Casanoves (1791-1809) era un pastorcillo que,
al no ser más que un niño, no podía formar parte del ejército y luchar contra
los invasores franceses. Entonces se le ocurrió coger su tambor y tocarlo
fuerte por las montañas de Montserrat para animar a los españoles en su lucha. De
esa manera, el eco que provocaba su tambor en las montañas, hacía retumbar el
sonido y lo multiplicaba por mil.
Los franceses, al oír ese estruendo, pensaron que aquel
ruido infernal era producido por miles de tambores, tocados por miles de
soldados. Muertos de miedo, decidieron huir y no luchar.
En el lugar del suceso, en Bruch, hay un monumento y una
inscripción que dice: “Viajero, para aquí, que el francés también paró; y el
que por todo pasó no pudo pasar de aquí”.
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