LA DESAPARICIÓN DEL VIENA
El 10 de diciembre de 1903, después de haber sido cargado con treinta y ocho cajas de obuses y una serie de armamentos de artillería, el “Viena” zarpó con una tripulación de 50 hombres desde Rochefort, Francia. Esperaban llegar a Tolón (Francia) el 20 de diciembre.
Nada más zarpar los sorprendió una tempestad que hizo pensar que llegarían con unos diez días de retraso. Tenían la esperanza de que el 24 de diciembre pudieran celebrar la Nochebuena con sus familiares.
Laa autoridades empezaron a preocuparse al ver que no llegaban en la fecha prevista, en el barco, tenían víveres para tres meses, a pesar de ello, comenzó la búsqueda. Un grupo especializado y la colaboración de todos los barcos que surcaban los mares.
Cierto día alguien informó que había encontrado un bote salvavidas con la inscripción de “Viena”. La alegría duró poco, alguien dijo que los barcos del Estado no llevaban nombre sino un número en sus botes salvavidas. Así que llegaron a la conclusión de que esos restos debían ser de otro barco con el mismo nombre. La búsqueda siguió, sin ningún resultado.
A principios de febrero, cuando ya estaban a punto de suspender la búsqueda, encontraron una botella cerca de la isla de Olerán, con una nota que decía: “El Viena, a 150 millas de Rochebonne, al Oeste. Tempestad”. La nota no daba demasiadas pistas sobre su paradero, pero sí que el barco tenía o había tenido problemas.
El 25 de febrero en la ribera de Batz, cerca de la isla de Croisic, los lugareños encontraron un salvavidas y una caja de las que se utilizaban en los barcos de guerra para guardar y trasportar explosivos. Se llegó a la conclusión de que la caja había pertenecido al Viena.
El 26 de febrero se encontró un cronómetro marino marca Leroy, Nº 322. El Cronómetro pertenecía al Viena y se lo habían entregado en Cherburgo, el 27 de mayo de 1902. Fue la única pista encontrada, nadie supo nada más del Viena.
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