11 de diciembre de 2015

COSTUMBRES EXTRAÑAS


En High Wycombe, en Buckinghamshire, Inglaterra, celebran a principios de mayo una curiosa costumbre llamada “Ceremonia del peso”. En esa ceremonia se pesa al alcalde, a la alcaldesa, al suplente del alcalde, a la esposa del suplente, al secretario del Ayuntamiento, a la esposa del secretario del ayuntamiento y a los concejales de distrito que representan los barrios que están dentro de los límites de la ciudad. El fin es averiguar si han engordado a expensas del erario público. En el siglo XVII se prohibió la ceremonia, pero fue recuperada en el siglo XIX.

La báscula actual fue donada por un verdulero. Está formada por un asiento de satén rojo suspendido de una carátula graduada encima de él, con un resorte como resistencia. Todo está suspendido de un gran trípode de bronce y se le conoce como “Báscula de jockey”.

Como ceremonia de iniciación, los oficiales de Bergen, Noruega, eran empujados hacia abajo por una chimenea, arrojados tres veces al mar y azotados fuertemente. Esos ritos hicieron que pertenecer al gremio era todo un logro para aquellos que eran aceptados y sobrevivían.

En Europa, las Islas Británicas y más tarde en el Nuevo Mundo, era muy común, durante la Edad Media, la práctica de procesar y condenar animales por herir o matar a las personas. Por ejemplo, en el parlamento francés, se ordenó la ejecución de una vaca. Fue ahorcada y después quemada en la hoguera.

En 1666, se promulgó en Inglaterra una ley que exigía que todos los cadáveres fueron sepultados con una mortaja de lana, de esa manera se conseguía el mantenimiento del negocio británico de la lana que estaba decayendo. Esa ley fue abolida 148 años más tarde.

Las mujeres de Nápoles salían desnudas a la azotea de sus casas, con la esperanza de que la Luna les hiciera aumentar el tamaño de sus pechos.

Los joiníes, miembros de una secta de la India, se suicidaban cortándose trozos de carne y ofreciéndoselos a las aves de rapiña. Su forma preferida era morir de inanición.

Las mujeres de los indios Pies Negros, originarios de Edmonton, Canadá, mostraban su luto por un familiar fallecido cortándose el pelo muy corto. Si el fallecido era el marido o un hijo (no una hija), no sólo se cortaban el pelo, sino también una o más falanges de los dedos, y se desgarraban la piel de las pantorillas.

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