LAS COSAS DE LOS PALACIOS

Durante el primer año de su construcción el Palacio de Versalles costó 5.000.000 de livres (moneda francesa desde el año 781 hasta 1795, en que fue sustituida por el franco). Después el coste subió a 15.000.000 y luego a 25.000.000 de libres anuales. En 1682 estaban trabajando en él 22.000 trabajadores; al año siguiente fueron 36.000. En 93 hectáreas de jardines fueron instalados 1.400 fuentes y trasplantados, en un año, 25.000 árboles adultos, sólo para que Luis XIV no tuviera que esperar a que crecieran. Las aguas del Sena fueron elevadas para abastecer las instalaciones de riego, que constaban de 14 ruedas hidráulicas y 233 bombas.

La galería de arte más grande es el Palacio de Invierno, residencia oficial de los zares de Rusia, en San Petersburgo. Se tiene que caminar 24 kilómetros para visitar cada una de las 322 salas, que alojan cerca de 3.000.000 obras de arte y restos arqueológicos.

Ese mismo Palacio de Invierno fue una mansión de muerte durante su construcción. Miles de hombres trabajaban en cuartos calentados a 30º C, y al salir pasaban a temperaturas a la intemperie hasta de -29º C. El marqués de Custine observó, en 1839, que un número considerable moría cada día, y eran reemplazados por otros, también para morir.

El Palacio de Cristal fue la atracción estelar de la Gran Exposición Internacional de Londres en 1851. Estaba hecho de 92.900 metros cuadrados de cristal, 33.000 columnas y 2.300 tirantes, todo prefabricado, y casi todo intercambiable. Contenía 100.000 piezas en exhibición y fue visitado por 6.000.000 de personas durante el año. El edificio fue trasladado en 1854 a Sydenham (Londres), fue dañado por el fuego en 1936, y en 1941 fue ordenada su demolición porque podía servir como guía visible para los bombardeos nazis.

Los minoicos de la Antigua Grecia, sobre el año 2000 a. C., tenían sistemas de cañerías. En el Palacio de Cnosos fueron encontrados, cuando se excavó en 1899, sistemas de drenaje bien trazados, tuberías de suministro de agua y un retrete que se limpiaba con un chorro de agua.