ACLLAS
Las acllacunas, o acllas, eran unas mujeres bellísimas. Las
escogía el Estado inca para servir al Dios Sol o Inti. Recluidas dentro de un
centro especializado llamado acllahuais, y bajo la supervisión de las Mamaconas,
se dedicaban a trabajos textiles y culinarios, además de ser sacerdotisas de
los dioses. Era un gran honor, para ellas y sus familiares, ser las elegidas.
La producción textil para el Estado tenía la finalidad de
mantener la economía estatal. Esas ropas las utilizaban para compensar a los fieles
y regalar a otras etnias para estrechar lazos. Ellas también eran utilizadas
para pagar servicios. Las entregaban en matrimonio para establecer alianzas
políticas.
Las acllas eran reclutadas por el Apupanaca, que recogía a
las niñas, las reclutaba y las enviaba al Cuzco, cuando las niñas tenían entre
8 y 10 años. A los trece o quince años pasaban a ser presentadas en sociedad, y
ya podían ser prometidas con señores de la nobleza. En los acllahuais no podían
entrar hombres, solo la Coya, que era la reina, o jefa de las mujeres, y sus
hijas tenían permiso para entrar en la casa y hablar con las chicas. Si alguien
rompía esas reglas, las sanciones eran muy severas.
Al que entraba en la casa sin permiso, lo mataban colgándolo
dentro de la misma casa donde hizo el delito. Si alguna de las Mamacomas lo
había metido dentro y pecado con él, se le daba el mismo castigo.
Si alguna de estas niñas no guardaba castidad, y sobre todo,
si era sorprendida con un hombre, se la condenaba a muerte, dejando que muriera
de inanición. Si alguna de ellas se quedaba embarazada, se consideraba que el
embarazo había sido realizado por la voluntad del dios Sol, el hijo que
tuviera, era considerado un privilegiado y recibía un trato de favor durante
toda su vida.
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