12 de diciembre de 2015

HISTORIAS DE LA INDIA


Los joiníes, miembros de una secta religiosa originaria de la India, tenían una forma muy curiosa de suicidarse; se cortaban trozos de su propia carne y se los ofrecían a las aves de rapiña. Su variante preferida era morir de hambre.

Hasta hace poco tiempo, las niñas hindúes podían ser obligadas a casarse a partir de los nueve meses después de la pubertad, o sea con ocho o nueve años. En 1921, se registraron 3.200.000 jóvenes muertas a causa de las brutalidades sexuales a las que fueron sometidas por sus propios esposos.

En la India, a los moribundos y desahuciados se les llevaba al río Ganges y se les llenaba la boca de tierra, para ahogarlos en las aguas sagradas.

Para celebrar la inauguración del nuevo templo en 1565, el rajá Nara Narayana, de Assam, India, sacrificó 140 hombres y les cortó la cabeza. Éstas fueron depositadas en bandeja de cobre, porque no había suficientes de oro, para ofrecérselas a la diosa madre Kali.

Las muchachas indias no aceptaban casarse con ningún hombre que no hubiera logrado arrancarle la cabeza de cuajo a una joven de una aldea vecina.

Los veddas, pueblo que habita en Ceilán, India, hacen ojos postizos en los que se imita la pupila con una piedra preciosa; el ópalo para los ojos oscuros y el zafiro para los ojos azules.

Durante muchos años, la India fue el mayor exportador de esqueletos humanos, los utilizaban en las aulas de medicina de diversos países europeos. El gobierno prohibió este comercio en 1987. Según cuentan esa exportación favorecía los asesinatos de niños, para luego vender sus cráneos. Ante la escasez, el precio de los esqueletos se multiplicó.

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