9 de marzo de 2015

HISTORIAS DE MÚSICOS


El compositor Jean Baptiste de Lully (1632-1687) compuso un himno para celebrar el éxito de la operación de una fístula, realizada al rey francés Luis XIV. El titulo de ese himno era “Dieu sauve le Roi” (Dios salve al Rey). El tema se hizo muy popular en toda Europa, lo escuchó el músico Georg Friedrich Haendel, músico de cámara de la corte inglesa, le gusto tanto que lo adaptó y se lo ofreció al rey de Inglaterra. Se acabo convirtiendo en “God Save the King”, el himno oficial de la Corona británica.

En el siglo XVII todavía no se había inventado la batuta, las orquestas se dirigían golpeando el suelo con un bastón. Jean Baptiste Lully, se hirió un dedo del pie, mientras dirigía la orquesta de palacio. No le dio importancia a la herida, tuvo una infección, y murió de gangrena a los pocos días.

En 1839, un joven músico alemán intentando abrirse camino en Francia, llegó a París con una carta de recomendación para el compositor Giacomo Meyerbeer (1791-1864), este le dio otra carta de recomendación cerrada para el director de ópera Léon Piller. La carta decía: “Querido amigo, deshazte como puedas de este imbécil”. Ese “imbécil” se llamaba Richard Wagner.

Cuando Wagner compuso “Tannhauser”, los críticos se le echaron encima. Wagner escribía la letra de sus óperas al mismo tiempo que la música, un crítico, que siempre criticaba a Wagner, escribió que el compositor era superior a Goethe y a Beethoven. Los demás críticos atacaron al músico y culparon al crítico de haber cambiando de bando, a lo que respondió:
-No habéis comprendido mi crítica. En ella digo que Wagner es mejor músico que Goethe y mejor poeta que Beethoven.

Cuando era joven Johannes Brahms (1833-1897), no encontraba editor para su obra. Visitó a uno que le dijo que su música era muy triste, que la gente prefería cosas más alegres. Brahms, intentó componer obras más animadas, convencido de que lo había conseguido, volvió a hacerle una visita al editor. Le enseñó sus nuevas creaciones, el título general de las obras era “Alegremente me encamino hacia la tumba”.

El músico Aloys Senefelder (1771-1834), a petición de su madre, tuvo que escribir la lista de la ropa que tenían que llevar a la lavandería, no tenía papel a mano, por eso lo escribió con un lápiz graso en una piedra pulida. En ese momento sin quererlo inventó la técnica del grabado al aguafuerte. 

0 comentarios :