LOS BANQUEROS FUGGER
Entre los más grandes prestamistas de la historia se
encuentran la mayor parte de miembros de la familia de Suabia (actualmente
entre Baden-Wurtemberg y Baviera en Alemania) los Fúcar (Fugger, en alemán). Se
convirtieron durante los siglos XV y XVI
en banqueros del Imperio, del Papa y de muchos otros reyes europeos.
Hans Fugger, fue su fundador, que en un principio era un
modesto tejedor de Graben, Alemania, en el siglo XIV. Su hijo, que se llamaba
igual, empezó a amasar la fortuna de la familia al establecerse en Augsburgo en
1409.
Los Fugger financiaron, las guerras y campañas militares de
todos los Austrias españoles. Carlos I y Felipe II, queriendo mantener el
imperio se endeudaron con esta familia de banqueros, en mayor medida, con Jakob
Fugger El Rico, del que recibían préstamos cargados con intereses entre el 7 y
el 24%, avalados con la explotación de la riqueza mineral de todo el territorio
en manos de la Casa de los Austrias.
El anticipo más popular de Jakob Fugger fue el concedido a
los Habsburgo por valor de 543.585 florines. Este dinero se destinó a la compra
de votos de los electores imperiales que convirtieron a Carlos I de España el
Emperador del Sacro Imperio. Por los servicios prestados, recibieron la cesión
en alquiler de las minas de Almaden (Ciudad Real) y Guadalcanal (Sevilla) y el
privilegio de poder acuñar moneda en España.
Los reyes españoles llegaron a deberles el equivalente a 54.091,09
euros, por lo que en 1557 Felipe II se declaró insolvente proclamando la
primera bancarrota oficial de un estado en toda la historia.
La familia Fugger, a pesar de la quiebra de su principal
deudor, y atravesando algunas dificultades económicas, no se arruinaron.
Los actuales descendientes han calculado que la Casa de
Austria les debe, añadiendo los intereses acumulados, más de 60.101.210.438,38 euros (unos 10 billones de pesetas).
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