SIAMESES
Existen muchos casos de hermanos siameses unidos por
diferentes partes del cuerpo, también hay casos de personas que nacieron con órganos
y miembros de varias personas.
A Myrtle Corbin le crecía entre las piernas un cuerpo gemelo
totalmente desarrollado en su parte inferior, incluso en sus órganos sexuales y
su aparato reproductor. Se ganaba la vida actuando como atracción en las ferias
a principios del siglo XX. Se caso y tuvo cinco hijos, tres de su propio cuerpo
y dos del de su gemela.
El cuerpo del siciliano,
nacido en 1899, Frank Lentini, era el resultado de tres gemelos. Tenía tres
piernas, dos órganos genitales y cuatro pies con dieciséis dedos en total. Podía
utilizar su tercera pierna igual que las otras dos, esa tercera pierna empezaba
en la espina dorsal y la utilizaba en su espectáculo como taburete, también le daba
patadas a una pelota con ella.
Edward Mordake, tenía en la parte de atrás de la cabeza otra
cara. Esta cara, no comía ni hablaba, pero podía mover los ojos, reír y llorar.
Nadie quiso operarlo para extirparle ese segundo rostro y se suicido a los
veintitrés años.
El niño mexicano, Pascual Piñón, tenía una segunda cabeza
que le salía de la frente de la principal. Esta cabeza movía los ojos y la
boca, no hablaba. Años más tarde esta segunda cabeza se paralizó y paso a ser
una cabeza sin vida.
Millie Christine, nacida en 1851 de una familia de esclavos
de Columbus, tenía un solo tronco, pero cuatro brazos en dos hombros, cuatro
piernas, dos pares de pulmones y dos corazones. Lo más raro es que tenía dos
cabezas, cada una con una personalidad distinta, tan diferentes, que era normal
verlas discutir entre ellas. A los quince meses, su amo, empezó a exhibirla,
llamando a cada una Millie y Chrissy. Cuando se hicieron adolescentes tenían
unas melodiosas voces de contralto y soprano con las que daban conciertos de dúos.
Desde ese momento se las pasó a llamar “El ruiseñor de dos cabezas”.
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