28 de diciembre de 2012

LAS RELIQUIAS DE NAPOLEÓN



De Napoleón se conservan muchas reliquias. Por ejemplo se conserva una de sus muelas del juicio, que le fue extraída en 1817. Al poco de morir le afeitaron la cabeza, y sus cabellos fueron repartidos a sus miles de seguidores.

Se conserva también parte de su estómago, guardado en un pimentero de plata. Una porción de sus intestinos que era guardada en el Real Colegio de Cirujanos de Francia, fue destruida por un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial.

Su pene también fue conservado. A pesar de ser famoso por sus conquistas amorosas (entre otras cosas) la medida de su pene era de 4,1 centímetros en reposo y 6,6 centímetros en erección. Cuenta la leyenda que le ayudó mucho un cocinero gallego que se llamaba Candelucus, célebre por sus pócimas afrodisíacas y dicen que poseedor de la fórmula de la eterna juventud.  

El órgano ha tenido muchos propietarios; un dentista norteamericano, un librero de Philadelphia, y algunos otros que han hecho que el pene de Napoleón viajara desde Europa a América durante siglos. El último propietario del pene fue, Jhon K. Lattimer, un urólogo de Estados Unidos, que lo compró, en 1977, por 3.800 dólares. Lattimer falleció en el 2007.

Otras reliquias de Napoleón fueron un raspador de lengua de oro, y un cepillo para la piel. Tras su muerte los árboles que bordeaban su tumba fueron talados y con las astillas se hicieron souvenirs.

En esa época, los objetos personales y las partes del cuerpo eran muy valorados. Se creía que los objetos que rodeaban a una persona estaban impregnados de su esencia.

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