7 de agosto de 2021

SISTEMA SOLAR

 

Hasta hace medio siglo no se conocía con certeza por qué brilla el Sol. El descubrimiento que se debe a reacciones de fusión nuclear, lo lograron Hans Bethe y Karl von Weizsacker en la década de 1930.

En su centro, el sol tiene una densidad de más de cien veces la del agua y una temperatura de 10 a 20 millones de grados centígrados.

En el año 435 a. C., el filósofo griego Anaxágoras sugirió que el Sol no era solo un pequeño círculo brillante de luz. Mantenía que era una roca brillante con más de cien kilómetros de diámetro. Por esa terrible afirmación fue desterrado de Atenas.

Los anillos de Saturno no son sólidos discos aplastados como aparecen en las ilustraciones. Están hechos de billones de partículas pequeñísimas, probablemente de rocas cubiertas de hielo. Cada anillo rodea a Saturno a una velocidad diferente. Los anillos tienen solamente unos 16,09 km de espesor. En 1978 se descubrieron anillos alrededor de Urano y Júpiter.

La presión existente en el centro del Sol es de unas 108 500 217 toneladas por centímetro cuadrado. Es suficiente como para aplastar átomos, liberar su núcleo interno y permitirles estrellarse uno contra otro, interactuar y generar la radiación que produce luz y calor.

El sol es colosal. Contiene el 99,8 % de la masa total del sistema solar. Se necesitarían más de un millón de Tierras para poder compararse con su volumen.

La presión existente en el centro de la Tierra es de más de 4187 toneladas por centímetro cuadrado. En el centro del planeta gigante Júpiter, la presión es tres veces mayor.

La Luna se está cayendo siempre. Tiene un movimiento lateral propio que equilibra su movimiento descendente. Por tanto, permanece en una órbita cerrada alrededor de la Tierra, sin caer completamente y sin escapar completamente.

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