11 de noviembre de 2018

COSAS DE ANIMALES-2


El paracaídas fue inventado un siglo antes de que existieran los aeroplanos. Jean Pierre François Blanchard, aeronauta francés, construyó el primer paracaídas. El primer salto en paracaídas lo realizó un perro en una canasta fijada al paracaídas que soltó desde un globo en 1785.

Una gato cayó desde decimosegundo piso de un edificio en Montreal en el año 1973, solo sufrió la factura de la pelvis.

En el libro “Tesoro de Brunetto Latini”, escrito en 1296, se afirma que el hipopótamo cuando ve a un hombre camina hacia atrás para engañarle sobre la dirección que toma, y que cuando ha comido demasiado se practica una sangría rompiendo una caña e hiriéndose en las patas. Que el áspid se tapa las orejas con la cola para no oír las palabras de un encantador; que el águila enseña a sus pequeños a mirar de frente al sol y rechaza como bastardos a aquellos que no lo consiguen; que el ibis se debe a la invención de la lavativa, que practica introduciendo su largo pico cargado de agua en el año; que la golondrina no entra nunca en una casa que amenace ruina.

Que las perdices hembras son tan temperamentales que basta que el viento sople en la dirección en que se encuentra el macho para que conciba; que el avestruz, que es perezoso, cuando tiene necesidad de correr se espolea a sí mismo gracias a dos espolones que tiene bajo las alas; que el león siente terror ante un gallo blanco y huye cuando ve a un hombre, y que tiene los ojos abiertos cuando duerme; que la víbora se espanta ante un hombre desnudo.

La presión de la sangre de la jirafa es el doble o triple de la del hombre sano, y puede ser la más elevada del mundo. Como la jirafa tiene el cuello tan largo, de tres a tres y medio metros, su corazón requiere de una fuerza tremenda para bombear sangre por la arteria carótida hasta el cerebro. El corazón de la jirafa es enorme, pesa once kilos, mide 60 centímetros de longitud y tiene paredes hasta de siete y medio centímetros de grosor.

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