9 de abril de 2017

ORIGEN DE LA PLANCHA


Los orígenes de la plancha son antiguos. Se sabe que los chinos ya la usaban en el siglo IV para alisar la seda. Eran unos recipientes de latón con mango, en su interior se colocaban brasas y con el calor producido se quitaban las arrugas de los tejidos. En Europa, las primeras planchas eran unos alisadores de madera, vidrio o mármol que hasta el siglo XV se utilizaban en frío, ya que utilizaban goma para almidonar y esto no permitía el uso del calor.

La palabra plancha, apareció por primera vez en el siglo XVII. En esa época cuando se empezó a llamar así. Estas planchas se calentaban al fuego, llevaban unos huecos que se llenaban de maderas ardiendo o de brasas. También las había macizas, que se calentaban directamente en los fogones. Más tarde aparecieron unas que se calentaban por medio de agua hirviendo, gas e incluso alcohol.

La idea de una plancha eléctrica se le ocurrió a Henry Seely, en 1882, no tuvieron mucho éxito ya que en los hogares de la época, no tenían luz eléctrica, y tampoco se había inventado el termostato. En 1924, se inventó el termostato regulable que evitaba que los tejidos se quemaran. En 1926 se crearon las primeras planchas de vapor para uso doméstico.

Ya en el siglo XIX apareció la tabla de planchar, aunque ya se usaban anteriormente en los monasterios, sacristías y catedrales para planchar los elementos de la liturgia. Para ello disponían de artilugios que rizaban volantes, cabezones y puñetas, planchaban mangas, etcétera.

La primera lavandería con servicio de planchado se abrió en  París en el año 1855. Ellos fueron los que empezaron a realizar limpiezas en seco, después de darse cuenta que si se echaba una cantidad de esencia de trementina y se pasaba la plancha, la mancha desaparecía al instante.

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