7 de abril de 2017

CÓRDOBA CAPITAL DEL CALIFATO


La época califal en Córdoba tiene su propia personalidad dentro de la historia del Islam peninsular: las soluciones políticas adoptadas en al-Andalus, la prosperidad económica, la manifestación intelectual o las maravillas arquitectónicas son algunos de los logros conseguidos en esa etapa de la historia de España.

Los cronistas medievales daban unos datos, que según los expertos son un poco exagerados. Refiriéndose a la época de Almanzor, al-Maqqari dice que en la capital del califato, Córdoba, había 1.600 mezquitas, 900 baños públicos, 60.300 mansiones para gente importante, 213.077 hogares para la población en general y 80.455 tiendas.

Aunque exagerado, Córdoba sorprendía a sus visitantes por sus grandes dimensiones, por su elevada población y por las actividades de todo tipo que se desarrollaban. Córdoba fue una ciudad que no dejó de crecer hasta que estalló la guerra en el año 1009.

Parece ser que tenía 21 arrabales, cada uno de los cuales estaba provisto de mezquita, mercado y baños para el uso de sus habitantes, de manera que los de un suburbio no tenían necesidad de recurrir a otro ni para sus asuntos religiosos ni para comprar lo más necesario para vivir. La población en la décima centuria era de 500.000 habitantes.

En Córdoba se encontraban variados talleres artesanales y en los mercados se intercambiaban productos de todo Al-Andalus y de otros lugares del mundo. Fue famoso también su mercado de esclavos, el mercado de libros. Las diversiones eran la caza, las carreras de caballos, las peleas de animales y las tertulias de literatura.

La popularidad de Córdoba en los tiempos del califa era tan grande que Hroswitha de Gandersheim )35 d. C.-1002), canonesa y escritora, dijo de la ciudad que era el ornamento del mundo.

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