31 de julio de 2016

JOSÉ BONAPARTE, REY DE ESPAÑA


José Bonaparte (1768-1844) es un auténtico desconocido debido a las circunstancias que tuvo su breve reinado en España, y a los distintos puntos de vista sobre su personalidad, algunos, parece ser que falsos. Procedente de una familia noble, pero carente de recursos, José se vio obligado a contribuir al mantenimiento de sus hermanos pequeños. Durante los dos años que fue rey de las Dos Sicilias, no lo hizo mal del todo.

Cuando el destino lo situó en el trono español (fue rey de España entre el 6 de junio de 1808 hasta el 11 de diciembre de 1813), el rey intruso, como lo llamaban, intentó aparentar ser un monarca pacífico, culto e ilustrado, amante de sus súbditos y preocupado por mejorar sus condiciones de vida. José I, no actuó desde el primer momento con total libertad, viéndose obligado a atenerse a las órdenes de su hermano. Su esposa, la reina consorte Julia Clary, no pisó territorio español en ningún momento, permaneció en París con sus dos hijas, sirviendo como canal de trasmisión entre los dos hermanos. José mientras tanto tuvo múltiples aventuras amorosas durante sus estancias en el Palacio Real de Madrid.

Desde el principio intentó ganarse el cariño de sus súbditos españoles, para ello recurrió a restablecer la fiesta de los toros, potenciar las celebraciones religiosas y el culto externo y no tuvo inconveniente en participar él mismo en procesiones públicas y vía crucis. Pero nada conseguía apaciguar el recelo y despecho de los españoles, que veían invadidas sus vidas por la crueldad y el salvajismo de los franceses.

La gran opinión que tenía José I, de él mismo, le llevó a imaginar que sus propias condiciones naturales estaban oscurecidas por su hermano Napoleón, envidioso de su valía. El mismo Napoleón dijo con ironía que José se había llegado a convencer de que él, le había usurpado la sucesión del rey, su padre. Tan convencido estaba José de esa idea que, ya casi al final de su vida, reclamó su derecho al trono de Francia, cuando la revolución de 1830 derribó a la monarquía borbónica.

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