16 de junio de 2016

SIN EXPLICACIÓN


El actor Glenn Ford se sometió a hipnosis y recordó que había tenido dos vidas anteriores. Una, como el vaquero llamado Charlie Bill, al servicio del ganadero Charlie Goodnight, en Colorado. Otra, como Charles Stuart, un profesor escocés de piano. Mientras estaba hipnotizado, llegó a tocar el piano con habilidad, a pesar de no saber tocar ni una nota.

Cuentan que sólo dos personas conocen la fórmula exacta de la Coca-Cola. La empresa mantiene sus nombres en secreto, se sabe que tienen prohibido viajar en el mismo avión, para evitar accidentes. Cuando uno muere, el otro debe elegir un sucesor y pasarle la fórmula bajo juramento de no revelarla a nadie.

Hay otras recetas cuya composición exacta es un secreto guardado celosamente por las empresas fabricantes: la salsa Worcestershire; la angostura; los licores Benedictine, Campari, Chartreuse, Fernet Branca y Grand Marnier; la salsa para las hamburguesas McDonald’s; la receta para cocinar el polo Kentucky Fried Chicken, y la composición exacta de las hierbas y especias que intervienen en su cocción.

En la obra del médico Bartholino “De Insolitis partus humani viis”, publicada en 1664, se cuenta la expulsión por la boca de un bebé por parte de una sirvienta española.

En 1977, un pesquero japonés, el Zuiyo Maru, enganchó en sus redes el cadáver de un extraño monstruo marino, de unos 15 metros de largo. Lo izaron a cubierta, y tomaron fotografía en color. El capitán ordenó arrojarlo de nuevo al agua. Los investigadores sólo pudieron ver las fotografías. Éstas, auténticas y de buena calidad, muestran un ser que no ha podido ser identificado por ningún científico.

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