3 de junio de 2016

HAMBRUNA EN LA BORGOÑA (SEGÚN RAOUL GLABER)


En unos documentos escritos por Raoul Glaber (985 d. C.-1047), conocido como Rodolfo el Lampiño, monje y cronista de la Edad Media que vivía en la Abadía de Cluny, se describen las penalidades que tuvieron que sufrir los ciudadanos de la Borgoña durante la gran hambre de 1031-1033.

“Cuando se comieron a las bestias salvajes y los pájaros, los hombres se pusieron, obligados por el hambre devoradora, a recoger para comer todo tipo de carroñas y de cosas horribles de describir. Algunos, para escapar de la muerte, recurrieron a las raíces de los bosques y a las hierbas. Un hambre desesperada hizo que los hombres, devoraran carne humana. Dos viajeros fueron muertos por otros más robustos que ellos, sus miembros despedazados, cocidos al fuego y devorados.

Muchas gentes que se trasladaban de un lugar a otro para huir del hambre y encontraban en el camino hospitalidad, fueron degolladas durante la noche y sirvieron de alimento a aquellos que les habían acogido. Muchos, enseñando a los niños una fruta o un huevo, los atraían a lugares apartados, los asesinaban y los devoraban. Los cuerpos de los muertos fueron arrancados de la tierra en muchos lugares y sirvieron también para calmar el hambre.

En la región de Mâcon muchas personas extraían del suelo una tierra blanca que se parecía a la arcilla, la mezclaban con lo que tenían de harina o de salvado y hacían con esta mezcla panes, gracias a los cuales esperaban no morir de hambre, pero esta práctica no aportaba más que la esperanza y la salvación y un consuelo ilusorio.

Sólo se veían rostros pálidos y demacrados, muchos presentaban una piel salpicada de inflamaciones; incluso la voz humana se hacía endeble parecida a pequeños grititos de pájaros expirando…".

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