LA GRAN ESTAFA DE BALDOMERA LARRA

Baldomera Larra Wetoret (1833-?) fue la tercera hija de Mariano José de Larra, no conoció a su padre, ya que cuando ella nació, él ya se había suicidado. A mediados del siglo XIX empezó a engañar a la gente llevando a cabo un timo piramidal.

Baldomera estaba casada con un médico de la Casa Real, Carlos de Montemayor. Cuando Alfonso XII fue restituido en el trono de España, en el año 1875, el marido no quiso continuar con su cargo y decidió marcharse a las colonias de ultramar, a Cuba, abandonando a Baldomera.

A Baldomera, en una situación de pobreza total, se le ocurrió un día pedir prestada una onza de oro a una vecina prometiéndole que en un mes se la devolvería duplicada. Cumplió su promesa y la vecina se lo contó a otras vecinas. Pronto corrió la voz por el barrio y todo el mundo empezó a dejarle dinero. Ella lo devolvía, además de un 30 % de interés en un mes, lo que le proporcionaba más clientes.

De esa manera surgió la “Caja de imposiciones”. Ella pagaba a los primeros que llegaban con el dinero de los siguientes, sin poner ni una peseta. Pasaron por sus manos unos veinte millones de reales, una barbaridad de dinero para esa época.

En diciembre de 1876 sobrevino la quiebra. Baldomera desapareció con todo el dinero que pudo acumular. Dos años después se supo que vivía con una identidad falsa en Auteuil, Francia. Se pidió su detención y extradición, junto con su administrador. Una vez que estuvo en España, se celebro un juicio y la condenaron seis años de prisión por alzamiento de bienes. Ella recurrió y fue absuelta en 1881, gracias a una campaña de recogida de firmas en la que participaron desde gente común a personas de la aristocracia. Después de salir de la cárcel no se sabe que fue de ella.