LA RELIGIÓN EN LA EDAD MEDIA

La religión organizaba la vida en la Edad Media. Se creía que la vida terrenal era una preparación para la vida eterna. La Iglesia era la única que poseía la verdad. La iglesia influía sobre los cristianos, luchaba contra los herejes, intentaba convertir a los paganos (si era necesario a la fuerza) y predicaban la doctrina evangélica.

Lo más importante para el cristianismo era evitar el pecado. Los pecados más graves eran: la idolatría, el sacrilegio, el homicidio y la fornicación. Estos pecados eran perdonados por la iglesia. Los sacerdotes le daban una gran importancia a los pecados referentes a la sexualidad, y se entrometían en la intimidad conyugal, decían: “El hombre casado se abstendrá de relaciones conyugales cuarenta días antes de Navidad y de Pascua. Lo mismo los domingos, los miércoles y los viernes. También se abstendrá desde el comienzo del embarazo de su mujer hasta el trigésimo día después del nacimiento, si es un varón, o hasta el cuadragésimo día, si es una niña. De la misma manera durante las reglas. Relaciones conyugales inversas, pero no sodomitas entre esposos…”.

Otros pecados sexuales eran: el beso impuro; la manera impura de tocar; la fornicación; la impudicia, especialmente la seducción de una virgen; el adulterio simple, cuando sólo uno de los pecadores era casado; el adulterio doble; el sacrilegio voluntario, cuando uno de los dos había formulado votos religiosos; el rapto y la violación de una mujer casada; el rapto y la violación de una religiosa; el incesto; la masturbación; las posiciones inconvenientes, incluso dentro del matrimonio; las relaciones sexuales contra natura; la sodomía; el bestialismo.

La absolución venía enseguida, después del reconocimiento de la culpa, lo más importante era la confesión, y el examen de conciencia. La confesión anual era obligatoria. Por medio de la absolución, el sacerdote concedía además del perdón de Dios, un método de presión sobre los cristianos. Dios se convirtió en un acreedor que cobraba todas las deudas de los pecadores.