1 de diciembre de 2014

AGUA DE COLONIA


El agua de colonia, nació como una marca registrada, en Italia, en el siglo XVII, cuando el boticario Gian Paolo Feminis, después de muchas pruebas y experimentos consiguió condensar un producto que llamó “Aqua Mirabilis”. La intención de Paolo no era crear un producto oloroso, sino un jarabe medicinal. Hizo una mezcla de alcohol con aceites esenciales de romero, bergamota, flores de lavanda, flor de naranjo y limón. De esa mezcla obtuvo un líquido de olor muy agradable, ligero y que permanecía en el tiempo. Paolo no pensó que su brebaje iba a servir para otra cosa que no fuera la medicina, y por eso lo patentó en la Facultad de Medicina de la ciudad alemana de Colonia.

Años después un perfumista italiano, Giovanni María Farina, siguió la fórmula de Paolo Feminis y fabricó la primera agua de colonia, en Colonia, Alemania. A la fórmula del boticario le añadió lima, cedro, pomelo y unas hierbas mantenidas en secreto. Patentó ese nuevo perfume con el nombre de “Agua de Colonia”.

En el año 1709 Farina envió a su hermano Bautista una carta donde le describía esa nueva creación: “He descubierto un perfume que me hace recordar a un amanecer italiano, a narcisos de montaña, a azahares de naranjo justo después de la lluvia. Me refresca y refuerza mis sentidos y mi fantasía”.

Su Agua de Colonia revolucionó la fabricación de perfumes de toda Europa, ya que su fabricación era totalmente diferente al utilizado hasta ese momento por los perfumistas. La forma de hacerlo era: tomando como base alcohol puro, Farina lo destilaba varias veces, disolvía en él repetidamente distintas esencias y le añadía diferentes extractos aromáticos.

También fue todo un éxito social, sobre todo entre las clases sociales altas, acostumbrados a los perfumes intensos y fuertes, el agua de colonia era fresca y suave. En 1747 ya se exportaba a toda Europa y su frasco con un tulipán rojo se hizo inconfundible y deseado por todos.

Farina murió en 1776 en la ciudad de Colonia, sus herederos crearon en Francia la famosa firma que llevó su nombre. En el año 1806, se patentó de nuevo en París con el nombre de “Agua de Colonia de Jean Maríe Farina”. También se registró para su comercialización una botella cilíndrica alargada que contenía el agua de colonia para que Napoleón Bonaparte se perfumara mientras montaba a caballo. Otros personajes que utilizaron esa Agua de Colonia fueron: Federico el Grande de Prusia; Goethe; Catalina de Rusia; Carlos IV de España, etc.

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