HISTORIA DE LA CAMA (2)
Las civilizaciones antiguas diferenciaban entre unos tipos
de camas y otros: las había para dormir, para comer, para velar a los difuntos,
etc.
En el Antiguo Egipto las camas funerarias eran unos
armazones de madera que estaban sujetos por tiras de cuero entrecruzadas. Las
que utilizaban para dormir eran muy altas y para acostarse en ellas necesitaban
un taburete que hacía de escalera. Eran muy recargadas, decoradas con efigies de
motivos mitológicos (leones, toros, dioses, etc.). Estaban cubiertas con una
mosquitera.
En el antiguo pueblo hebreo utilizaban camas fabricadas de
madera de haya o de arce, las patas eran torneadas y toda la cama llevaba
incrustaciones de oro, plata o marfil, el somier estaba hecho con un montón de
cuerdas liadas y se extendía sobre un colchón de plumas de ave. Tenían también
unas camas portátiles que usaban en los viajes y las excursiones, se llamaban
“demya”, y también utilizaban una cama llamada “chamadys”, que era un especie
de sofá cama fabricado con pieles, que se colocaba en la sala principal de la
casa y servía para tumbarse cuando venían visitas.
En el Imperio Persa, sólo los ricos tenían cama y eran los
esclavos los encargados de hacerlas y adornarlas con cojines de pluma de ganso,
sabanas de seda, el suelo con alfombras, etc. Las camas estaban adornadas con
metales preciosos y estaban fabricadas con ébano o cerezo, y en ocasiones de
oro y plata.
Las camas de los romanos estaban fabricadas de plata,
marfil. Y las utilizaban tanto para dormir como para comer en ellas. Los romanos
pobres, dormían en el suelo, cuando se encontraban enfermos o morían se les
ponía en unas camas que se llamaban “recuperación de la salud” o de los “difuntos”.
Los griegos pobres se acostaban en armazones de madera y
encima un jergón de paja. La gente rica dormía en camas adornadas con piedras
preciosas y ricas maderas. Aseguraban que si los pies daban a la puerta de la
habitación, o a la calle, la persona moriría pronto.
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