EXPERIMENTOS CON UNO MISMO
Charles Edouard Brown-Séquard (1817-1894), médico francés,
enviudó a los setenta años (en 1889) y un tiempo después se enamoró de una
jovencita, entonces decidió empezar consigo mismo una terapia para rejuvenecer.
Ese mismo año informo a la academia francesa de un novedoso tratamiento
antienvejecimiento, que consistía en inyectarse un extracto de sangre, semen y
testículos pulverizados de perros y cobayas.
Charles Edouard había autoexperimentado el tratamiento para
rejuvenecer durante doce años. Pocas semanas después de publicar el informe,
los médicos empezaron a recetar ese elixir a personas ancianas.
Un tiempo después, el médico francés Serguei Abrahamovich
(1866-1951), que había ejercido de médico del virrey egipcio Abbas II, se había
dado cuenta que los eunucos del harén del rey eran más propensos a padecer
enfermedades propias de ancianos que los hombres que no estaban castrados.
Entonces decidió utilizar su cuerpo en sus experimentos, se
inyectó tejidos provenientes de perros y ratones, no tuvo ningún éxito y
abandonó el experimento. Seguidamente investigó la forma de trasplantar la
glándula tiroides de chimpancé a un humano, y más tarde tejido testicular de
criminales ejecutados egipcios a clientes millonarios.
El 12 de junio de 1920, Voronov realizó el primer
xenotrasplante de tejido testicular de chimpancé en un escroto humano. En esos
años trató a cientos de millonarios y famosos del mundo entero, sólo en Francia
realizó más de quinientas cincuenta operaciones, y abrió una clínica.
En realidad Voronov no descubrió ningún método
rejuvenecedor, pero sí el rechazo inmunológico al trasplante entre diferentes
especies. Murió deprimido y derrotado, a finales de 1951 en Suiza, como
consecuencia de las complicaciones después de una caída.
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