HOMOSEXUALIDAD EN LA ANTIGUA GRECIA

En Grecia aparte de la pederastia, existían otras formas de homosexualidad cuyo único propósito era la relación erótica. Cada miembro de la pareja homosexual, al igual que la heterosexual, desempeñaba un papel claramente determinado; uno de los miembros era el que penetraba y el otro el que se dejaba penetrar.

La moral sexual despreciaba solamente a los homosexuales pasivos y ensalzaba la virilidad de los activos, que eran llamados cariñosamente lásioi, los peludos.  Los homosexuales pasivos o kinaidoi eran objeto de mofa y el vulgo les dedicó montes ofensivos como ketapygon (loca), euryproktoi (culianchos), y lakkóproktoi (los que tienen el culo como una cisterna). A los afeminados se les conocía como leukópygoi (culos blancos), y a los machotes, melanpygoi (culos negros).

Platón fue un homosexual reconocido. Recomendaba la abstención carnal, pero se sabe que Aster, Dionisio, Fedro y Alepsis fueron amantes suyos. Por el contrario Sócrates, de quien se dice que fue amado por Arquelao, ninguno de sus contemporáneos lo acusa de practicar la homosexualidad. Aún así, fue muy comentada la suma que el filósofo de Ática pagó a un burdel para que liberasen al hermoso adolescente Fedón de Elis, que se convirtió en su discípulo preferido.