MALA SUERTE-2

 

El 1 de octubre de 1989, E. Frenkel, parapsicólogo y curandero mentalista, sintió que tenía la suficiente energía psicobiológica como para parar un tren. Estaba tan convencido que lo intentó demostrar.  Primero empezó parando bicicletas y coches, después un tranvía. Después de estas pruebas, cerca de Astraján, vestido con camisa blanca para ser bien visible, Frenkel se colocó sobre las vías, frente a un tren en marcha que se acercaba peligrosamente, según contaron los testigos, “con los brazos levantados, la cabeza baja y el cuerpo tenso”. No logró detener el tren.

Brian McArdle, de veintisiete años, descansaba al borde de un andén de la estación de Burlingame, California, ni se inmutó cuando vio acercarse un tren, pensó que pasaría sin rozarlo. Pero sí lo hizo.

Dos universitarios de Houston fueron arrollados por un tren en el año 1997. Habían colocado unas monedas sobre la vía para ver que les ocurría al pasar por encima. Después de colocar las monedas se alejaron para verlo.  La mala suerte quiso que al alejarse pisaron otras vías por las que pasaba otro tren en dirección contraria. El tren se los llevó por delante.

En el año 1995, seis personas se ahogaron mientras trataban de rescatar una gallina que se había caído en un pozo en el sur de Egipto. Un campesino de dieciocho años fue el primero en vahar al pozo de veinte metros de profundidad para rescatar al ave. Se ahogó después de que la resaca lo sumergiese en las profundidades del pozo. Sus tres hermanos, dos hombres y una mujer, sin saber nada, bajaron uno por uno y se fueron ahogando intentando salvarse unos a otros. Dos campesino que intentaron ayudad, también se ahogaron. Los cuerpos de las seis personas fueron sacados del pozo de Nazlat Imara, al sur de El Cairo. También sacaron a la gallina, que sobrevivió a la tragedia.

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