LAS VIANDAS DE CARLOMAGNO
La primera gran mesa del Occidente medieval fue la de Carlomagno. Hablaba un alemán autoritario, era polígamo y un gran glotón. Imitó los banquetes de los emperadores romanos y de los bizantinos, con reglas ceremoniosas y pausadas.
Tan grande era su gula que cuando se puso enfermo, los médicos le aconsejaron que siguiera una dieta, él se enfadó y ordenó que le sirvieran tres gansos y los cuartos traseros de un jabalí que había cazado el día anterior. Fue el primer rey cristiano que sentí a las damas a la mesa. Prefería la carne de asno joven más que la de ternera. Consumía asados rellenos de frutas y aceitunas.
En esa época se pescaban salmones, lucios, barbos y percas en los ríos. Los cocineros cocinaban con vino y aderezaban los alimentos con vinagretas de laurel. Los campesinos, los siervos y la clase baja del pueblo, sufrían años de hambre. En algunos países se vivieron casos de antropofagia, en los caminos los fuertes capturaban a los débiles, los descuartizaban, los asaban y se los comían.
Comían “sauerkraut”, col blanca fermentada en barriles. Según parece había sido traída a Europa por los tártaros.
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