TAPÓN DE CORCHO Y SACACORCHOS

 

El uso de la botella, como envase, y del corcho, como tapón, se inició en el siglo XVII, que los recomendó el inventor del champagne Dom Pierre Pérignon de Hautvillers. Este fraile, estupendo catador de vinos, decía que un cierre hermético para conservar el gas carbónico producido durante la fermentación de primavera, que produce la espuma. También decía que la botella era el envase natural de un producto de aquella naturaleza tan singular. El fraile, después de haber experimentado mucho con métodos antiguos y modernos, estaba convencido de que el tapón de corcho aislaba mejor el interior de la botella de su exterior.

A mediados del siglo XVIII, se descubrió que la uva dejada en la vid, al pudrirse, alcanzaba un bouquet imposible si se quería conseguir artificialmente. Para ello el tapón de corcho adecuado era esencial. Pero nadie pensó en el sacacorchos. El mismo problema tenían los griegos en tiempos clásicos, que almacenaban vinos en barricas y odres que taponaban con trozos de tela impregnados en aceite de oliva, también los lacraban, no eran buenas soluciones, el vino se pudría.

Tampoco los romanos dieron con la solución idónea. Ignoraron el vidrio y emplearon otras cosas como envase. Los vinos del siglo XVII, con la llegada del tapón de corcho se consideran los primeros buenos vino de la historia.

El problema vino al querer descorchar las botellas. Al principio se rompía contra el cato de la mesa el cuello de la botella, pero era peligroso. En el mismo siglo XVII surgió la solución. No se conoce quien lo inventó. El primer sacacorchos fue un hilo de alambre introducido hasta el fondo del cuello, atravesando el corcho; era una espiral, a menudo agujereado en el extremo para dejar pasar un hilo de bramante cuyos cabos exteriores tiraban hacia arriba del tapón, al tiempo que la espiral iba elevándose.

El sacacorchos moderno surgió a finales del siglo XVIII, en el que Samuel Hershaw inventó un instrumento de tuerca y tornillo. A partir de entonces vinieron otros sacacorchos mejorados. Hoy se conocen cientos de sistemas distintos de sacacorchos.