OVISTAS Y ANIMALCULISTAS

 

A finales del siglo XVII y mediados del XVIII cobró fama la teoría preformista. Según esta teoría, el ser humano antes de nacer está formado y encapsulado dentro de las células reproductivas. No se sabía muy bien si era en las femeninas o en las masculinas.

Algunos filósofos y naturalistas como Nicolas Malenbrache, Albretch von Haller o Lazzaro Spallanzani decían que en el óvulo femenino. Esa opinión se basaba en la teología: “Dios debió de crear a la humanidad metida en el ovario de Eva”. Su principal inconveniente: los óvulos no se descubrieron hasta 1827, su descubridor fue Karl Ernst von Baer.

Los contrarios a la teoría de los óvulos, eran los animalculistas, estos creían que los espermatozoides, descritos en 1670, servían de contenedor al futuro ser. Imaginaban que los hombrecillos, u homúnculos, se desarrollaban al implantarse en la pared uterina. Para los ovistas, eran parásitos del líquido seminal.

Al final, estas teorías preformistas se olvidaron.