BELSNICKEL (LEYENDA DE NAVIDAD)
Papá Noel, ya mayor, decidió buscar ayudantes para repartir todos los regalos. Así, iba encontrando diferentes personajes de distintos países, muchos de ellos eran duendes o personajes mágicos. En otras ocasiones también pedía ayuda a personas ancianas que querían hacer felices a los pequeños. Uno de ellos era Belsnickel.
Belsnickel era un anciano amante de la naturaleza. Vivía en una pequeña cabaña en medio de los Alpes y solo bajaba al pueblo a comprar. Los niños le miraban con respeto y algo de temor, les parecía un hombre misterioso. Llevaba el pelo largo y blanco, con una barba espesa que le llegaba hasta el ombligo.
A Belsnickel le encantaban los niños. Él no había podido tenerlos y para compensarlo, de vez en cuando bajaba al pueblo para dejar regalos sorpresa en la puerta de cada casa con niños. Casi siempre era figuras de madera talladas por él: un pájaro, una mariposa, una estrella… Ellos, nunca sabían quien dejaba esos regalos.
Papá Noel siguió a Belsnickel hasta su casa y se presentó, le encanto charlar con alguien tan parecido a él. El anciano entendió a la perfección el encargo de Papá Noel, aceptó sin dudarlo. Desde ese día, fue uno de sus ayudantes, y en lugar de dejar regalos a los niños de vez en cuando, lo hacía cada 24 de diciembre por la noche.
Belsnickel ya no volvió a ver a Papá Noel. Desde entonces, cada Nochebuena recibía los regalos que debía repartir. Su misión era repartirlos a todos los niños.
0 comentarios :
Publicar un comentario