29 de diciembre de 2020

BELSNICKEL (LEYENDA DE NAVIDAD)

 

Papá Noel, ya mayor, decidió buscar ayudantes para repartir todos los regalos. Así, iba encontrando diferentes personajes de distintos países, muchos de ellos eran duendes o personajes mágicos. En otras ocasiones también pedía ayuda a personas ancianas que querían hacer felices a los pequeños. Uno de ellos era Belsnickel.

Belsnickel era un anciano amante de la naturaleza. Vivía en una pequeña cabaña en medio de los Alpes y solo bajaba al pueblo a comprar. Los niños le miraban con respeto y algo de temor, les parecía un hombre misterioso. Llevaba el pelo largo y blanco, con una barba espesa que le llegaba hasta el ombligo.

A Belsnickel le encantaban los niños. Él no había podido tenerlos y para compensarlo, de vez en cuando bajaba al pueblo para dejar regalos sorpresa en la puerta de cada casa con niños. Casi siempre era figuras de madera talladas por él: un pájaro, una mariposa, una estrella… Ellos, nunca sabían quien dejaba esos regalos.

 Papá Noel, que acabada de llegar a Alemania en busca de un ayudante, vio cómo el ancianos e acercaba de puntillas a la puerta de cada casa, y sonrió feliz: ya tenía el candidato perfecto.

Papá Noel siguió a Belsnickel hasta su casa y se presentó, le encanto charlar con alguien tan parecido a él. El anciano entendió a la perfección el encargo de Papá Noel, aceptó sin dudarlo. Desde ese día, fue uno de sus ayudantes, y en lugar de dejar regalos a los niños de vez en cuando, lo hacía cada 24 de diciembre por la noche.

Belsnickel ya no volvió a ver a Papá Noel. Desde entonces, cada Nochebuena recibía los regalos que debía repartir. Su misión era repartirlos a todos los niños.

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