LAS SIETE CIUDADES DE CIBOLA

En tiempos del rey Rodrigo, España fue invadida por los árabes, siete obispos se llevaron objetos sagrados y reliquias, partiendo desde Toledo y embarcando en Lisboa. Navegaron durante muchos días hasta que encontraron una isla extraordinaria, Antilla. Allí descansaron y partieron de nuevo con la intención de fundar siete ciudades en un reino en el que todo lo que allí se encontraba era de oro.

Cuando los españoles se asentaron en América, Marcos Niza, fraile franciscano, tuvo la intuición de que las siete ciudades de oro se encontraban al norte de México, en el país de unos animales conocidos como cibolos (bisontes). Esa fue la primera vez que se tuvo noticia de la existencia de las siete ciudades de Cibola.

Francisco Vázquez de Coronado, gobernador de Nueva Galicia, Norte de México, salió en 1539 en busca de las siete ciudades. Se convirtió en el primer europeo que exploró las fuentes de Río Grande, el Gran Cañón de colorado, Arkansas y Nuevo México. Tuvo que regresar sin haber conseguido encontrar las ciudades de oro. Desde entonces nadie las ha logrado encontrar.