MODA VISIGODA
La moda textil visigoda del siglo VII tenía una clara
influencia romana. El vestuario básico visigodo contenía túnicas, mantos y
accesorios. Las túnicas eran de diversos tipos: pectoralis (una túnica corta),
escarlata y coccina (túnica roja), todas con mangas.
Algunas prendas escaparon de la imposición romana como la
armilausa vulgo, más afín con los aires germánicos ya que llevaba aberturas por
delante y por detrás, incluso con faldas abiertas acabadas en puntas muy
sutiles. También utilizaban una túnica llamada amiculum, la vestían las mujeres
de dudosa reputación en Roma, pero en el reino visigodo la utilizaban los
nobles y las mujeres decentes.
Las túnicas se decoraban con rayas horizontales o verticales
bastante llamativas y se ajustaban al cuerpo mediante cinturones gruesos con
grandes hebillas de bronce ornamentadas con diferentes motivos, basados en la
geometría y la naturaleza.
Los mantos y las capas eran usados por ambos sexos y en
cualquier clase social. La capa romana, en diversas formas, se llevaba recogida
sobre el hombro izquierdo, la capa corta semicircular, llamada Chlamys, se
llevaba atada sobre el hombro.
La vestimenta se sujetaba con varios broches o fíbulas de
mayor o menos valor según la procedencia social. Las partes intimas y piernas
se cubrían con las bracae y femoralia, las partes íntimas, y pantalones para
las piernas.
El pelo corto era el más demandado. Más tarde se llevo un
poco más largo, cayendo sobre las orejas y en ocasiones cubriéndolas. Las mujeres
jóvenes llevaban el cabello suelto si eran solteras, cuando se casaban se lo
recogían.
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