LAS MALDADES DE BERNABÉ VISCONTI
El director de cine Luchino Visconti era descendiente de los
grandes señores de Milán, sus antepasados eran poco refinados y sensibles. Uno
de ellos su antepasado, Bernabé Visconti (1323-1385), señor de Milán entre los
años 1349 y 1385, recibió un día a dos frailes que se quejaban de los colosales
impuestos que pagaban, Bernabé les atendió con una amplia sonrisa y después los
hizo ensartar en un asador y asarlos como si fueran pollos.
En otra ocasión como buen apasionado por la caza, mantenía a
cinco mil perros y prohibió que nadie en Milán tuviese ninguno. Dos veces al mes
los revisaba y si estaban delgados hacía azotar a sus cuidadores porque no los
cuidaban bien, y si estaban gordos los hacía azotar porque no estaban agiles.
Un día encontró a un chico con una ballesta que se dirigía a
cazar pájaros y vio que el joven , para disparar, cerraba un ojo. Bernabé le
preguntó por qué lo hacía. El muchacho le contestó que para apuntar mejor.
Entonces Bernabé llamó a un siervo e hizo que le sacase el ojo que cerraba
cuando disparaba, diciéndoles que de este modo le libraba del cansancio de
cerrarlo otra vez.
En otra ocasión, el papa, a quien habían llegado las
noticias de sus barbaridades, le mandó dos prelados con una bula probatoria.
Bernabé recibió a los dos prelados, se puso a reír y una vez leyó la bula dijo
a los prelados:
-¿Qué preferís, comer o beber?
-Señor, no tenemos sed.
-Entonces comeréis.
Para salvar la vida a los prelados tuvieron que comerse el
pergamino en que estaba escrita la bula, los sellos de cera y los cordones de
seda, mientras Bernabé y sus secuaces reían a carcajadas.
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