18 de enero de 2018

CÓRDOBA EN EL SIGLO X


En el siglo X, Córdoba, desempeñaba un papel muy importante ya que desde la ciudad se dirigían los destinos de Al-Andalus.

En la época de Almanzor, según el historiador ahmed Mohamed al-Maqqari, en la capital del califato había 1600 mézquitas, 900 baños públicos, 70 300 mansiones de gente importante, 213 077 hogares para la población en general y 80 455 tiendas. Pero sobre todo era un núcleo urbano que sorprendía a sus visitantes por sus dimensiones, por su elevada población y por las actividades de todo tipo que en él se llevaban a cabo. Sigue contando al-Maqqari que la población era de unos 500 000 habitantes.


Córdoba no dejó de crecer hasta que estalló la guerra civil en el año 1009. Hasta ese momento tenía 21 arrabales, cada uno de los cuales tenía mezquita, mercado y baños para el uso de sus habitantes. De esa manera no necesitaban recurrir a otro arrabal ni para sus asuntos religiosos ni para comprar lo necesario para vivir.

En Córdoba se encontraban los más variados talleres artesanales y en sus mercados se intercambiaban productos que provenían de todo Al-Andalus e incluso de los lugares del mundo.

La forma de divertirse de los cordobeses era muy popular: carreras de caballo, caza, peleas de animales, fiestas, tertulias literarias. En esa época, Córdoba era comparada con Bizancio o Bagdad. La fama en los tiempos califales era tan impresionante que Hroswitha de Gandersheim (monja, canonesa y escritora) dijo de la ciudad andaluza que era “el ornamento del mundo”

IMAGEN-MEZQUITA-CATEDRAL DE CÓRDOBA

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