10 de enero de 2018

MANZANO


Muchas culturas tribales y antiguas mantenían entre sus ritos la creencia en el árbol como conservador de fuerza vital. Algunos pueblos y civilizaciones conferían al manzano propiedades simbólicas relacionadas con la fertilidad, por esa razón muchas mujeres estériles se sometían a un ritual que consistía en buscar un manzano silvestre, que creciera en lugares poco concurridos, una vez que encontraban el árbol, tenían que rodar por el suelo procurando no salirse de la zona protegida por las ramas del manzano. Según la leyenda, en un plazo muy corto, la infecundidad se trasformaba en fecundidad.

En algunas tribus del continente africano, las mujeres, cuando van a dar a luz, se abrazan al tronco de un manzano, dicen que de esa manera su parto será menos doloroso. También recubren su cuerpo con la corteza de un manzano, pues consideran a este árbol un símbolo de protección y, según alguna leyenda, semejante ritual facilitaría el alumbramiento de las embarazadas.

Hoy en día, todavía existe la costumbre en África y el centro de Europa, de plantar un árbol frutal, muchas veces un manzano, con motivo del nacimiento de un bebé. La vida del niño y la del manzano crecerán de forma paralela y, si el árbol fuese arrancado significaría que el niño iba a estar sujeto a diversos peligros. En uno de los cantones de Suiza se planta un manzano si el niño es varón, pero si el recién nacido es hembra, se plantará un peral.

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