3 de enero de 2018

EL REGRESO DESDE EL PACÍFICO A ESPAÑA DE JUAN SEBASTIÁN ELCANO


Antonio Pigafetta en su “Primer viaje alrededor del mundo” el regreso de Juan Sebastián Elcano a España desde el Pacífico.

“…Por fin, con la ayuda de dios, el 6 de mayo doblamos el cabo manteniéndonos a unas cinco leguas. O nos acercábamos tanto, o no lo habríamos pasado nunca. Navegamos después al mistral, sin reposar los víveres durante dos infinitos meses.

En ese plazo murieron veintiún hombres. Cuando echábamos el cadáver al mar, los cristianos se sumergían siempre con el rostro arriba; los indios, con el rostro hacia abajo. Si Dios no nos enviaba buen tiempo, íbamos todos a morir de hambre. Por fin, a impulsos de irresistible necesidad, nos aproximamos a las Islas de Cabo Verde.

El miércoles 9 de julio dimos en una de las tales, la que nominan San Jacobo, y en seguida largamos la falúa a tierra, para avituallar. Con esta invención: decir a los portugueses que se nos había roto el trinquete bajo la línea equinoccial, y que, mientras reparábamos, nuestro capitán general, con las otras dos naves, había regresado a España.

Reiteramos a los de la falúa que, una vez en tierra, preguntaran en que día estábamos; dijéronles los portugueses que jueves para ellos, y se maravillaron mucho, pues para nuestras cuentas era miércoles solo y no podían hacerse a la idea de que hubiésemos errado. Yo mismo había escrito cada día sin interrupción, por no haberme faltado la salud. Pero, como después nos fue advertido, no hubo error, sino que, habiéndose efectuado el viaje todo rumbo a occidente, y regresando al lugar de partida, nos llevaba el sol veinticuatro horas de adelanto, como claramente se ve.

Habiendo regresado la falúa a tierra por más arroz, detuviéronnos a trece hombres y aquella también, porque en uno de ellos, según más tarde (ya en España) supimos, contó a los portugueses que nuestro capitán había muerto, igual que otros, y que nos íbamos a España.

Temiendo que enviasen carabelas a detenernos, igual, a nosotros, huimos rápidamente.

El sábado, 6 de septiembre de 1522, entramos en la bahía de Sanlúcar, no éramos ya más de dieciocho, la mayor parte enfermos. El resto de los sesenta que partimos de Maluco… quién murió de hambre, quién evadióse en la isla de Timor, quiénes fueron ejecutados por sus delitos.

Desde que abandonamos esta bahía hasta la jornada presente, habíamos recorrido más de 14.460 leguas, y logrado la circunvalación del mundo, de levante a poniente. El lunes 8 de septiembre, echamos el ancla junto al muelle de Sevilla y descargamos la artillería completa.

El martes, todos, en camisa y descalzos, fuimos (sosteniendo cada uno su antorcha) a visitar el lugar de Santa María de la Victoria y de Santa María de la Antigua”.

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