WILHELM FLIESS Y LA HIPÓTESIS DEL 23-28
El cirujano berlinés Wilhelm Fliess (1858-1928) estaba obsesionado con los números 23 y 28. Estaba convencido y convenció a otros de que detrás de todo femenino biológico, y puede que de la naturaleza inorgánica, había dos ciclos fundamentales: uno masculino de 23 días y otro femenino de 28. Trabajando con múltiplos de estos dos números, a veces restando, otras sumando, logró imponer esta teoría a casi cualquier cosa.
Su obra, un volumen de quinientas ochenta y cuatro páginas, titulada: “Fundamentos de una biología exacta”, publicada en 1906, provocó en Alemania un gran revuelo durante los primeros años del siglo XX. Algunos de sus discípulos adoptaron el sistema, elaborándolo y modificándolo en artículos, panfletos y libros. La numerología de Fliess es interesante para la matemática recreativa y para los que estudian la ciencia patológica, pero no se sabría nada de él si no fuera por un hecho increíble.
Durante toda una década fue el mejor amigo y confidente de Sigmund Freud. Los fundamentos de la numerología de Fliess fueron dados a conocer al mundo en 1897 con la publicación de su monografía: “Las relaciones entre la nariz y los órganos sexuales femeninos desde el punto de vista biológico”.
Él mantenía que cualquier persona es bisexual. El componente masculino está sintonizado con el ciclo rítmico de 23 días, el femenino con el de 28. Los dos ciclos están presentes en cualquier célula viva, y por esa razón, juegan sus papeles dialécticos en todas las cosas animadas. En el hombre y en los animales, los dos ciclos empiezan con el nacimiento. El sexo del niño viene determinado por el ciclo que se trasmite primero. Los períodos continúan a lo largo de la vida, manifestándose con los altibajos físicos y mentales y determinando el día de la muerte.
Decía que ambos ciclos están relacionados con la mucosa de la nariz. Encontrando relación entre las irritaciones nasales y toda clase de síntomas neuróticos e irregularidades sexuales. Diagnosticaba estas enfermedades inspeccionando la nariz y las trataba aplicando cocaína a los “puntos genitales” del interior de la nariz. Dio a conocer casos en los que se habían producido abortos por anestesiar la nariz, sosteniendo que tratándola, se podía controlar las menstruaciones dolorosas.
Fliess murió en 1928, tras su muerte, el físico J. Aelby, publicó un libro que desmentía por completo sus disparates.
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