MUJERES MAPUCHE
El pueblo mapuche (población indígena de Chile) solía intercambiar a las hijas de su familia por bienes, no era una venta ya que no existía el dinero, pero si un trueque, normalmente sin el consentimiento de ellas. Según parece se prefería intercambiar “lotes” de hermanas, a lo que llamaban “sororato”, de esa manera se acompañaban unas a otras.
A causa de estos intercambios, un hombre con varias mujeres era considerado riquísimo. La riqueza se medía según el número de mujeres de cada hombre. Un patriarca con quince mujeres podía estar dictando sus leyes a 400 personas, todo un linaje. Cuentan que en los lugares de intercambio llegaban personas de tierras lejanas. También trabajaban prostitutas muy bien vestidas que cobraban para pasar el rato.
Sorprende que a pesar de esos intercambios, eran las mujeres las que se encargaban de las actividades comerciales, de viajar en canoas, y establecer el valor de los cambios: alimentos, telas, tintes. Mientras ellas se dedicaban a estas actividades en los mercados, los hombres conversaban a un lado.
La mujer mapuche, además de dedicarse a las actividades comerciales, se dedicaban a realizar piezas de arcilla: cántaros, ollas, platos…, además de las tareas domésticas, el cuidado de los hijos, cuidar el huerto. Eran las encargadas de trasmitir el idioma, las costumbres y valores culturales a los niños con la ayuda del padre o por la Comunidad.
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